miércoles, 22 de mayo de 2013
Cadaveres
En mi casa hay muchos cadaveres.
Uno ha esposado el lenguaje.
El otro mira mi naríz pues ésta posee
un solo orificio y el oxigeno se pregunta: Qué hago.
Es una circunstancia extraña para el lenguaje
y a veces terrible para mí.
Otro mira las paredes.
A éste lo admiro ya que descubre cosas
misteriosas y desconocidas.
Nunca me habla de ellas.
Nunca ha mostrado una sola.
A mí, me toca soñar las que se esconden
en su corazón.
También palpitan.
Todos escriben.
Todos son poetas.
Jamás hablo con los últimos.
Yo no resucito a los
muertos.
Guillermo Paredes Mattos
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