sábado, 11 de mayo de 2013
El Yacimiento en el Papel
Ni tus evidencias ni hechos sostienen una rama.
Ni el corte cervical de tus pómulos.
Tampoco la cabaña enfebrecida del alce entre
territorios de naipes, mientras o
al parecer, respira mayúsculo
como una vertiente
el agorero,
una parafernalia de cuentos
un poco lejanos como el patín
o el feligres; un subjuntivo.
Un ladino yacimiento.
Pero, como agora de repelentes.
Asisto a esta premier de cosas
subliminales en la sociedad.
Mi sistema aún me ofrece capacidad
para el reloj y la media,
para la caracteristica o la manera histórica
donde el hombre es alimentado de
aluminio.
Aún sueño ello.
Aún mi esperanza es contemplar
el mercurio en su cuello,
cambiando de estampas diariamente.
Una llegará al estandarte.
Al alevín.
A una subjetividad donde la conciencia
aleja yacimientos
hasta poseer al interior de un
galactico pelo.
De un alambre con cadencias.
Ello, podemos repetirlo a toda hora en
los hilos;
es indispensable sólo una escencia.
Un torre que enseñe a disgregar
el disparo del tiempo.
Y la rocinante clarividencia
de sus rumiantes molinos.
Guillermo Paredes Mattos
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