sábado, 4 de mayo de 2013

El Horizonte de las Uvas






Una sonata crea su palacio de negro,
diferencias de cobre subyugan retinas.
Todo lo escrito vocea maderas,
nihilistas y puros son los patriarcas.

La soledad es iconografica y ralea
las fuentes marchitas de encarnaciones.
Huertos en las ramas suben al armiño
la narìz del asidero es màs sobria.

Cojines y doradas sentinas vuelven.
Dosajes como el sol impenetrable,
dormitorios igual al vacìo del eje
dominando cabellos vertiginosos.

Sientese el desmayo, el temblor
de una pira sobre toxicas electricidades,
devuelven atomos fosforecentes,
inmaculados aros entre anillos.

Quizà en algùn brio esperàbamos.
Tal vez los parques jugaron como 
la divinidad en trenes e insomnios,
de cicatrizes alimentadas de plomo.

Y hasta el nicho fue cartografìa
elegìa de fruiciòn con una tumba.
Donde las manadas aùn se despedazan
entre uñas marrones de una uva.



Guillermo Paredes Mattos

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