martes, 7 de enero de 2020

Formaciòn de los Opuestos





En la reencarnaciòn se encuentra
una laguna.

Visto desde aqui sè que eso es 
difìcil de sostener.
Es de conocimiento publico que 
toda reencarnaciòn 
màs que una laguna, posee cùpulas.

Ojos y pupilas a travès de la niebla.
Tambièn cuervos.
-uno de aquellos cuervos intenta arrancar 
los ojosa dios crucificado en el golgota-
Racimos o alguno que otro paso. 
Hermètico como
aquella muchacha que pasa de largo.
Ella mira con epistemologìa.
Ella ve con todos los secretos que 
hay en el mundo.
Tiene la mirada roda de los barcos.
Posee el alfabeto en sus labios que 
en muy pocas
ocasiones nos deja ver la saliva.
Posee en sus encìas los verdaderos 
puertos.
Sòlo en ella es posible.

En toda reencarnaciòn existe una laguna.
Es material. Es solida. 
Una de sus apariencias es la ilusiòn
 porque sòlo
aquel que cruza la ilusiòn puede 
contemplar el desengaño.
Otra es el desgano. El hastìo. Eso que
nos coloca en las sienes 
del crepùsculo para medirnos
entre rigores dorados.
Educaciones de sal.
Estampidas de polen.

A todo esto el hermetismo que 
acompañaba hace poco a la muchacha
dejò de hacerlo.

Y ambos.

Caminan inevitablemente
formando sentidos.

A la larga.

Muy a la larga los conoceremos
con el nombre de opuestos.








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