jueves, 1 de noviembre de 2018
Las Raíces de los Arboles
En teoría no significa nada.
En el devenir pareciera que también.
Hablar del océano podría ser uno de
sus equivalentes.
Hablar de las imágenes que pueblan los
anfiteatros sería otro.
Lo cierto es que se mantiene oculto
entre la distancia que separa a dios de una rana.
No es el misterio.
No es esa mitología que se adhiere a nosotros.
No son sus mitos.
En teoría puede
-vaya a saber uno si tiene rituales-
alimentarse de moscas o zapatos.
Ir a los cines o morder de noche una mandíbula.
Claros de aceitunas viajan en sus represalias
ebrias de neón y pus en una lamina.
Sextantes de un momento imaginario donde
se filtra entre el barro el corazón de la lluvia.
Es obvio.
La misión que tiene el corazón la lluvia entre en el
barro es filtrarse.
Hasta llegar a las raíces de los árboles.
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