domingo, 28 de mayo de 2017

Version Naranja de la Realidad





Escuchando las palabras de un homònimo
llegue a un aliento.

El dìa era de vapor y filas de escarabajos.
Menguantes de humo eran devorados por los
civiles pero aùn asi se perfilaban como
nomades o cachorros.

-¿porquè se perfilaban de esa forma los 
menguantes?-

Corrientes de aire pactaban con edificios 
y escoltas.

Corredores de alfiles en una azotea.

Entre constituciones de acido migraban 
las lenguas.

Muros de agua tomando la sed de los
cabellos. Ademàs habìan orbitas donde se
escribìa de ello con otra sintesis.

- quizà esa sintesis sea sòlo otra barbarie-

El sudor de los templos parecìa un impacto.
Los reflejos de la bulla o la imaginaciòn recogìan
moluzcos de los cuellos de sus cadetes.
De aquello tan  solar donde la fantasìa era 
alimentada por un enigma.

Oyendo encontrè una llegada.
Un acto de un ser en las boinas.
-escarapelàndose siempre-
Una cita escatologica con un tallo donde algùn
demonio se reproducìa.

Vertigos naranjas en una versiòn de fiordos
limando en sus costillas las heridas dejadas por
los peces.

Por alguna cronica de legañas.

Por los solsticios que siempre son cocinados
a base de relieves.

Quimeras llenas de articulos neutros en sus
nucas. El plural de la naturaleza en cada 
desesperaciòn que intenta objetivar la tarde 
y para ello se acerca a un caño.

A una cerilla.

A una superficie de astillas.

Donde una perspectiva incendia neumpaticos
entre las tradciones.







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