jueves, 18 de mayo de 2017
Ceremonias
El pelicano se transforma en vertigo.
El silencio en madera. El tremante envuelve una
especie de ciudadela en toda amapola.
El neòn en una orgìa es un llamado de
concatenaciones y performances de anilina en
las gradas.
La estrella piensa en sus origenes con
una astilla incrustada en sus sienes, dicho sea
de paso en ellas se agita una mitografìa.
Tal mitografìa no es estructural como la vida
de las raices.
Tal mitografìa es un tallo que diariamente sueña
pèndulos y almanaques.
Latex de vidrio en sus fabricas
donde el pensamiento logra rozar una medula.
La playa cultiva ordenes transiberianos,
propios del aire que emana del sueño de las
cartulinas.
Prisiones de arcilla desfiguran escencias
de pròlogos en una llamarada.
Efigies tensadas en las alambradas por nombres
de hipotalamos. Siluetas de arroz que un dìa
oprimieron simulacros de trigo.
El pelìcano se transforma en vèrtigo.
No es algo ajeno ni desconocido, es sòlo una
xilografìa de manera enigmatica.
Una numismàtica con epiteleos.
Una cupula con aeropuertos de arañas, donde
las urbes en sus vientres, despiden todas las bacilicas del
universo mientras cae la tarde.
Ello debido a la llegada de la noche.
Y otras son las ceremonias que deben incrustarse en el
azul de sus tejidos.
Todas buscando encontrar al hombre.
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