viernes, 29 de noviembre de 2019

Los Antílopes y las Ciudades






Hay un día semejante a la oscuridad donde la misma 
emana de la luz.
Un lenguaje en el lado oculto de la luna. Allí donde las
panteras escriben por la noche.
Levitan en las andanadas planos sexuales de abalorios.
Líricos algoritmos de un viaje ebrio
de represas.

Existe un destello donde los ojos anuncian la llegada del
brillo en la cúpula de un salto de esgrima.
El siseo de una babosa en la rama.
El estertor suspendido en un invierno de tu pelo.

Veo la flecha que no avanza en linea recta. Todo lo 
contrario, se ampara en el zigzagueo.

Hay una imagen que institucionaliza un producto material
del verbo. Sólido en ocasiones como la penumbra
o la sombra.

Agita la llamarada el calor de un cuerpo muy cerca de otro.
Entonces lo ardiente coloca entre la realidad su trazo.
Entre la realidad de la piel.

Y sólo los antílopes que beben sangre en las ciudades.

Sólo ellos lo conmemoran.





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