lunes, 2 de diciembre de 2019

El Prisma de Trigo





Quizá un día sumido entre las cenizas estructura 
un prisma de trigo, anunciando en una hoja
lo profano.
Quizá el protocolo donde giran las formas es de
aluminio después de un círculo
o un destello sagrado.
Tal vez la llamarada que contemplas
es la parábola que inunda ese teatro de la piel
en un subversivo tatuaje.
A veces denominado por la pronunciación del amor.
Sólo por la pronunciación del amor.
Probablemente un talismán es el primer sonido de
una palabra que colisiona.
Y en teoría el verbo sacude el iris
con un primigenio borde de mántica en velo por
nuestras sienes.
Quizá. Digo quizá sea el espejismo una llegada a
un velero donde lo inasible tensase
como un equilibrio de algo poético en los labios.
No. No hablo de la saliva.
Tampoco de los reflejos que imitan la invisible
naturaleza de una sílaba.
Una química y sobrenatural como lo ignoto.
O en todo caso la hojarasca es un templo lleno
de imágenes que se aíslan en un soplo.
El más ardiente.
Ese que en la mas profunda oscuridad.
Tan sólo puede oír su corazón.



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