lunes, 18 de noviembre de 2019
El Microscopio de Neón
Desde hace algunos días el mar dejó de ser una
metáfora.
El río abandonó un nido de ángulos.
El céfiro colisiona en ellos y eleva intermitencia.
Un verbo de carne multitudinario desprende en
los objetos del aire el absoluto.
Y qué es el absoluto?
Quizá una imagen que desfigura un velero en la cresta
de un gallo.
Desde hace algún tiempo todo eso contrario en nuestros
ojos formó su opuesto. En la distancia entre lo
contrario y lo opuesto una linterna de agua.
Un microscopio de neón.
Tiene un eje.
Un tálamo y un epicentro.
Una manada de pianos.
Una oración vestida de aeroplano y cerca del envés
la curva en la que se presagia una cúpula.
Una atroz inocencia.
En las orilla la arena evoluciona.
Sus escamas desarrollan historias de albedríos.
Conjuntos de brea se humedecen.
Constelaciones de escamas que se forman en nuestra piel
según los volcanes y el vacío espejean. Lo hacen desde
sobrenaturales reflejos.
Uno de ellos pertenece al aluminio en el árbol.
Al corazón del arpa en el interior de la madera.
Oprimiendo la subjetividad si es que ello puede hacerse.
Mas o menos como acontece en un poema.
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