martes, 8 de mayo de 2018
Iconografìa del Alma
Hoy por la mañana reconocì tu alma.
Fue en el momento en que despertaba de un sueño.
Bueno, en el momento en que ambos despertabamos.
El sueño despertaba para volver a su mundo.
Ella se encontraba con un dirigiible en sus ojos.
Con un telescopio en sus manos.
Con una memoria donde las imagenes protagonizaban
cosas sobrenaturales.
La llegada a un puerto en una de sus imagenes digamos.
La llegada a una estructura de niebla
crispandose. Apilandose.
Mordiendo la sombra de toda astronomìa.
Tu alma tenìa un dirigible en sus ojos.
Uno con muchos relojes y balaustradas.
Uno donde los tatuajes leìan entre las pàginas
de un cuaderno lo que cifraban para los dioses los pròlogos.
Pero, Quiènes eran los dioses en ese momento.
Tu alma.
Llena de estandartes y una que otra pulga.
-no sè si igual a la mìa-
Llena de grasa en el atardecer y unos que otros males.
Disfrazando su odio de principio.
Respondiendo a los fòsiles.
Indagando en el calcio con la ilusiòn de una hormiga.
De una fiebre.
Y de los cantos de una cebolla por la noche.
Creciendo entre la incandescencia.
Igual que el dolor.
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