viernes, 9 de noviembre de 2012

Los Carbones Sonàmbulos







Esos dìas como una sombra de espacio.
Esos dìas igual a estrellas y micros.
A pasos sin ninguna ingenuidad.
Esa cantidad de pàjaros y genocidios en los ojos.
La mancha donde la plenitud dilata con el humor
de la tierra, el paso salvaje y el ritmo del pleonasmo,
mientras el oceano desciende a la carne,
vestido de superficie y el relato ideal
de ese cuchillo,
transforma el mito de la apariencia,
la mantica llovizna de su idolatrìa
con un oso en las uñas.

Esos dìas que no pensamos.
Coloquiales y encarnando el sitio del hombre
en el vacìo y al apoyarme, el mìo
vuelve a la armonìa
de un juicio 
cargando con el balance de su escencia.
Pero eso es tàcticamente un resultado.
Un cromosoma entre la multitud.
Una costilla abierta por un virus.

Esos dìas pero sobre todo aquel inocente.
Llevado por los biblicos asteroides.
Desolados como una reflexiòn entre un
edificio de arena. Y en el devenir de ese fuego
sabemos que algas y espejos se han perdido,
que fuimos mas cerca que el espacio
cuando busca su sombra.

Y por ello a aquello que miramos
-sonàmbulo- a lo lejos
es un diente de brea al que no llegamos.





Guillermo Paredes Mattos

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