miércoles, 8 de junio de 2011

El Propòsito y mi Inteligencia

Nadie es mortal, porque hay sòlo una vida.
No somos victimas en nuestro espìritu
pues es èl todo un naufragio. Y la palabra
està sola para explicarlo.

Alguien dice en ello desasimiento, otros
en su calma, desesperaciòn.


Nadie. La palabra es un hecho divino,
una suprema existencia entre continuidades
medita en hondas estelas
en hambres de diàlogos y otros cabellos,
con otras espumas o el oido
de temerariamente ser ensordecido
igual al ser que recoge sus gotas
y las almacena entre campanarios
de barro sin explicaciones.


Pero el amor es una tiniebla
entre el propòsito y el pensamiento,
entre sacerdotes de hondas clarinadas
perpetrando con nosotros
desde nuestros sonidos
ese campo irreconocible
llamado individualidad.

Monje marcial que ronda las tinieblas
para terminar de aprender en ellas.

Para no buscar màs interpretaciones.

Observa nombre, no hay prolegòmenos
pero si existe la anagogìa y ciencias
de vertebras llamàndonos
con misteriosos ojos
cuando intentamos caminar
mientras nuestra conciencia
describe la narraciòn de un tambor
que grita con la lluvia.

U otro poema que muere entre mi busqueda
y su inteligencia.





Guillermo isaac paredes mattos

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