sábado, 11 de junio de 2011

Canción de Mar

Yo tengo una canción para el mar y está hecha de fuego,
de caricias que sólo son presentimientos, de barcos
que se convierten en presagios.
Mis navíos sólo llevan plagas entre sus voces
aquí hasta este corazón que me da el soplo se ahoga.
El universo que amó la vida, es el que he condenado
y subversivo en el ala del cometa, giro en el yelmo como brillo,
en la conquista mas cara del cielo, en el anhelo que ofrece
su soledad a la tierra. Luego el horizonte, las ciudades de un pacto
con el agua y el devenir de esta fragua donde cae, donde un reino
ilumina manantiales de sombras, celestes tinieblas como el viento
o el cefiro que clama porque la tempestad nace con una gota de lluvia.
Yo tengo un rocío para mi soledad de campanas
y yerro en la aurora buscando calles vacías, árboles
donde cuelgan los caballos su mirada de sangre,
su balcón de luna, su juglar de astro, hay cielos que se van
pero en mis venas he conservado los míos
y mis brújulas suceden en páginas de colores
derramándose en mareas, en alas de sirenas
en tripulántes de esferas perdonando racimos
esperas como la corteza de un árbol o la veleidad
de una muralla rota por la estrella.
Amor tú que impregnas de vanidad cada cielo
tú que derramas tus lágrimas dentro de mis venas
para que no pueda escuchar los himnos de tu dolor,
acercate esta noche a mis labios
mi cuerpo esta tendido en la orilla esperando una marea,
porque yo tengo una canción para el mar
y esta hecha de fuego.



2003




Guillermo paredes mattos

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