No amo las torres, por màs que sueñe con ellas.
Es decir una entrada es cadalzo del rito.
Posiciòn de una marejada... Pero en mis fosas
habitan escolleras de claros arrebatos
y siempre guìo mi cobardia poque es material,
incluso festìn de venus cuando llora.
No estoy convencido, pero algunas estros
hablan del tìmpano cuando persiguen a los reyes
y los pàjaros recitan el vocablo cuya
agonìa impregna ìdolos de estambres.
Despuès una borda y otra nos enfrentarà
a un ideario, donde tremulos espìritus
examinan la primera caida del respiro,
esa que rompe la linea entre el cuerpo
y la realidad.
Laminas de oro que rompen las puas
Espinas de una vacilante corona de misòginos
abriendose paso entre espadas de vientres y medallas.
Volatiles marfiles, amenazas de plomo
Esta tarde vì el pez morder un ala
y a la sabidurìa alejada de ese canto
la llamè conmociòn, porque no era destello.
Y entonces arrojè mi pena a la vida.
Porque esa conmociòn y ese destello.
No eran relàmpagos.
Guillermo Isaac paredes mattos
martes, 10 de mayo de 2011
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el final es apasionante, me encanta. Reconozco q he de leermelo varias veces para entenderlo en toda su magnitud
ResponderEliminarlos 4 pilares de la gnosis, veo q acabare estudiando filosofia otra vez
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