Este poema està dedicado.
Algunas noches creo en una espada.
Apropiadamente las luces en ella me dicen
que puede ser grabado en el acero cualquier verbo.
Eso pertenece a otro temple. No al mìo.
Y con la gastada poesìa del averno, sonrìo
en la humedad de mi temperamento, devorando
una corola.
Y ello porque el verbo busca lo sagrado para
levantarse de la cama, para no atisbar
e implorar entre naves de carne
que la ilusiòn es trazo de rocìo
en el cuello, agolpàndose como un dios
de manuscritos y turbas.
Sì, el dolor es siempre màs grande que nosotros.
Yo lo recuerdo como un muchacho dorado
acercàndose al mundo en un acantilado
donde las madreselvas no escondìan su mundo
para condenarlo.
Y ya que hablamos de maleficios.
Nunca sabemos que voluntad nos acerca los rìos.
Que voluntad nos abandona ante los mares.
Y lo ùnico que nos queda
es aprender a edificar y conquistar alguno.
Y por ello mi retòrica no sabe
como cerrar sus ojos.
Y menos tener el poder para lograr
interpretarlo.
Guillermo isaac paredes mattos
Guillermo Isaac paredes mattos
lunes, 2 de mayo de 2011
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molt tendre, a qui li dedicas ?
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