Nos faltò narrar aquello sellado por la espuma.
Un àngel muerto. Una corona de agua, aquella
que transparente corrìa inmensamente al rocìo.
Y en el tragaluz de la èpopeya indicamos
al oceano que todo era tashumante, que las palabras
eran un recorrido por el sonido
y otras por el significado.
Fuimos parte de una torre, de la espadaña
y las feretros oficiados por los astros
cuando el universo es arboleda.
Cuando es pregunta.
Y esa pregunta camina hacia la interrogante
o la iniciaciòn desde el corazòn de
los halos.
Guillermo isaac paredes mattos
sábado, 21 de mayo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
tantas preguntas sin respuesta,
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=jF5BkWZkbxA
ResponderEliminarBon dia !!!
Como debe ser Maite, tantas preguntas sin respuestas. Esa hasta podrìa muy bien ser una definiciòn del devenir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Guillermo.