Quizà un astro. El velero donde el agua
empieza a sumergirse, hasta abandonarlo
en el aire.
Asi el viento lo lleva a donde quiere.
Y luego la noche, en ella pregunto què harìa
sin esos elementos, si sus vidas no lograran confundirnos.
Què pasarìa si dejàramos de creer que un poema
sòlo es la iniciaciòn de otro y ya que es asi...
celebramos esa noche tan contradictoria.
Pero quisiera conducir el aire donde no
hay cenizas.
Vivir alimentado por la sepia.
Hablar de òpalos y enjambres como quien
vacila ante nada.
Postrarme ante saldos que traen sòlo inteligencias.
Ser intemperie y dormir
cuando los colosos se pierden entre
sus heridas, seguros del dolor, pero no seguros
dònde yerra.
Y es menester que deban alcanzarlos.
Pues el dolor, como las cosas, tambièn acaba.
Tal vez un astro, desde èl perseguirìa a
a los cielos.
Pero sòlo aquellos que fueron capaces de quitarle
al mar un velero.
Cuando en realidad lo hundìan màs y màs en èl.
Guillermo Isaac paredes mattos
miércoles, 18 de mayo de 2011
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lo visualizare mientras me duermo, me gusta
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