jueves, 23 de mayo de 2019
Los Primeros Círculos
En alguna de esas calles se encuentra un reloj.
De noche es iluminado por una linterna.
Es un reloj que no camina hacia el futuro.
Los círculos en él giran hacia atrás.
Ese es todo su presente.
La vida del tiempo en un reloj cuando no
asume el presente se transforma en
más de una parábola.
Luego los hombres que
observan se convierten en hojas y seguidamente
en palabras.
Lo último -no sé porqué- percibo que está ligado
a las hipotenusas.
A una sensación de tipo vértical.
A una tribuna con suicidas muy abstractos.
Como aquellos que viajan hacia el interior de una
raíz o la naturaleza de un embotellamiento.
Vehicular claro está.
Con profetas que desfiguran uno de sus sueños
porque descansan sobre imágenes
mas profundas que las que puede mostrarnos.
Pero ese es otro nihilismo.
Y yo decía que en algunas calles se encuentra un
reloj. Pleno de velocidades y pústulas.
Mirando atrás con rasgos de sinonimia en su rostro.
Con una que otra hipérbole en sus sienes.
A veces desconcertante.
En ocasiones atrozmente desolador.
Y vuelve atrás porque es en el pasado donde
el tiempo forma esas imágenes.
Aquellas que pertenecen a nuestros primeros
círculos.
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