miércoles, 8 de mayo de 2019

Devenir de Adioses





Conforme a la soledad.
Según el horizonte y los cráneos dorados de la niebla.
Según lo estipulado por las corolas
mientras ancestrales palabras
van a ser heridas por la 
noche.

Específicamente por el filo de una contradicción.
De esta diánoa; término
atrozmente heleno.

Extraña etimología de los caparazones
cuando atravesaban la orilla de 
troya.

- no ves la astronomía en sus manos acaso?-

En nuestra adoración.
En esa eternidad que cumple tramites legales
en una oficina de vaya a saber uno
que extraño ministerio.

En esa eternidad por lo tanto burocrática.
Sin identidad alguna.
Tomando rehenes y papeles de los anfiteatros.
Represalias cuyos rigores celestes son 
en ocasiones de naturaleza apodíctica.
Arrancando los colores de los semáforos siempre.
Devorando puñales.

Conforme a los ritos porque también 
duermo y defeco acompañado de un animal
con olfato victorioso para llegar
al olor del excremento.

En esa variopinta conjunción de todo
lo que deja de ser un enigma entre la carne.
Y sin ninguna razón se hace verbo.
Día en latín.
Pronostico alabardico

corazonada allanando más de un
corazón de lata ahora que
estructuramos una mandíbula.

Y esotéricas cebras son las que oscilan
en sus ojos

ante lo que probablemente
hay algo que no es nada más que un devenir
de infinitos adioses.







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