lunes, 4 de julio de 2011

La Mirada del Nictálope

Por una extraña razón me acercaría
a la luz para hablar de nictálopes.

Desde esa extraña razón emprendería
interpretaciones, días de pubis con
asonadas de mariposas.

Seguramente podría incluirme en todos
los pergaminos, bebería un alma
un clima de efigies en ayuno.



Por otra razón me volvería cartomantico.


Y en esa fé podrida de una mesa
conquistaría una escollera,
una que hable de la arena.

Una prolijamente lunática.



He amado lunáticos de piedra.

Se esparcian en las paredes con un
misterioso snobismo, propio de relámpagos.


Cuidate de los atomos, pero más de los horizontes
pues no conducen a ninguna parte, decían.

Cuidate de la frente, el ascua y el deletreo.

De las palabras a tiempo y sin espacio.

Nunca aprendas a vivir entre ellas.

Busca una línea. Busca un árbol.


Y bajo su sombra regresa como empezaste


Al color grisaceo de la razón
en un nictálope.






Guillermo Paredes Mattos

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