El destino cobrizo y el veneno
del juguete.
Aereo el jaque del agua y lo insòlito.
Te preparas para ese descender
sin definir algo,
vastamente biogràfico.
O la hora del alga
el menguante de la voz
el piso solemne de una influencia
a base de estacas y epistemes.
Flores de dagas
y unicornios.
Sinònimos de museos
celebres y fieles a una noche occidental
de cuadros.
Ilustraciones y sonoridades, en el
rocìo de los presentimientos.
Diagnòsticos de advientos, sobrevivientes
de galaxias.
Hoy con los espejos suben las coronas.
Asi nos arrastràmos a tòpicos,
a deseos de ansias. Son diferentes el deseo
y el ansia cuando se separan,
màs diferentes aùn cuando
se unen. Y lo creen.
Ello se transforma en exilio
y todo exilio nos arroja
al instante como un complemento.
Un nada màs hecho de tierra.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
martes, 5 de julio de 2011
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