lunes, 10 de mayo de 2010

Visiòn Hermafrodita II

Visiòn Hemafrodita II



Lo vì.
La exactitud era un hombre y centenares
de pubis dominaban la tierra.

Yo deseaba la poesìa para ser metàfisico
y hallè sòlo un pàjaro andrògino.

Lo andrògino es tempetamento cayendo del vacìo.

Lo vì,
las momias eran tambièn escolleras
convirtiendo en guiones una playa.

Pues siempre hay lineas descendiendo
con lo aleatorio.

Asi destruimos los sentidos.



Supremos bastidores oprimen las mejillas
palestras de iones allendes a la vena
reinan entre los aquelarres.

Entonces escribimos de hombres derramados por
la boca.


De la antiguedad magnetica de los
espejismos.

Del testamento, ùnico tèstigo de lo equinoccial
y sus menguantes ungidos
por cirios.


Y convencidos que los menguantes
para ser iluminados por venus
deben conjugarse un poco,
elucidamos
que el instinto no es origen
del soplo.


Tan sòlo es algo perdido en sus manos,
igual que un incesto.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

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