Oficios de Sangre
Recogìamos palabras traidas por el sonido
derramadas por la luna.
Ninguna decìa lo mismo.
Pero una palabra es dios linguistico
que en una escarapela
busca crear la nebulosa de
los estandartes. Ninguno
està a salvo de ella.
Una palabra es centauro borroso
ante la nieve, un velamen de iridio
cuya sacudida abre las tinieblas
y los suspensos indòmitos,
encarnizados.
Manantiales de carne muestran sus huesos
el desenfreno de la enfermedad enseña
la fiebre de su desesperaciòn
enfrentàndose a si misma
pensada hasta la reflexiòn por
un grito.
Pero nada puede hacer la reflexiòn
con las palabras y su sombra.
Hablo del hombre.
Levantàmos un aura
el alma oscura de los templos
entre los iris, nos ocupamos
con oficios de sangre
en los artificios
que la realidad
ofrecìa como ùnico contenido
a las palabras.
Asi que despuès de recogerlas,
aquellas descubrieron que poco o nada
podìan hacer entre los hombres,
y fueron arrojadas nuevamente
a su mundo.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
sábado, 22 de mayo de 2010
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