jueves, 6 de mayo de 2010

La Estrella de una Lìnea

La Estrella de una Lìnea




Nunca recogì una estrella de la arena.
Dejè que murieran en su espìritu.

Allì en esos estuarios, lo ùnico que aguarda
a mi corazòn son cementerios boreales y azules.

Una podredumbre esotèrica para
dejar el lado nictalope del barco
encallado en un trauma a lo lejos.


Allì los cristales son llamados a convertirse
en agujas.


Allì la existencia prueba la existencia del ser
con una muestra llamada hombre.


Antiguas vivencias que la realidad escribe
en estrenos de poses y violencias,
en naves descartando la profundidad
que dobla lo siniestro.


Jamàs acariciè un resplandor,
todo lo dejè a mis ojos
todo lo encerrè en mi alma
y èsta durmiò en los nombres, lentamente
abriò la paciencia
dibujo las sectas de los aires.

Allì donde escribì un poema, habìa otro
que detràs esperaba su sonido
ese lamento propio sin persecuciones
amenazando las heridas
que el viento inhala de los polos
y en esos viajes cardinales
amè por ùltima vez,
la lìnea poseìa en una estrella
como una criatura
agonizando y renaciendo
en un artificio,
y el palido anfitriòn
con la cual llega al fìn este
poema.


Guillermo Isaac Paredes Mattos.

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