Lunàtica Belleza
Cùbico, escènico, simultàneamente al oido
y el pulso, disponiendo postraciones de gèneros
e imanes de violencia, asi renguea el fenix.
Sonoro, algo de nube, tambièn acero,
una claraboya donde la ràfaga no se despide
del cèfiro. Ello lo conoce bien el presagio
del timpano. Que extraña curiosidad la
del prodigio.
Litùrgico, primado de estribores, ese su lecho:
una flora de vidrios, un forajido del margen
y las dimensiones subitamente tensadas por
el abismo.
Sin condiciones, invisible en la naturaleza
y rotares, pensando la posibilidad y la fortuna
de una rama citada por la nieve, la fàbula
y sus espejismo, asi cegamos los poros.
Y en ese tacto, representaciones de auras,
un lienzo a todo halo, el destino crepùscular
del galope a tablarasa, personificando
el destiempo.
Hasta escora, logrando vibrar un capìtulo
su idioma de sol floreciendo al azogue
del hàbito y sus practicas con las cadenas,
lùdicas, mìticas, allì
prontuariados de entrañas transforman
legendarias esferas.
Y quieraslo o no,
su demencia es envuelta por
bellezas lunàticas.
Guillermo Isaac Paredes Mattos.
miércoles, 19 de mayo de 2010
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