lunes, 10 de agosto de 2020

Creación de la Píel

 




Aquello es posible.

El mar sobre la orilla arrastrado por un retazo

de polen.

El soplo que vuelve a los racimos

Mi álgebra pura por si acaso.

Enhiesto en la pira de un mito que cede pero nada

más en sueños.

O la idea de que la libertad es celeste igual que

toda renuncia es una provocación.

Una estética con dirigibles que llegan de lejos

como marejadas o trópicos.

Igual que andenes o lúmenes que incandescentes

giran al parpado de una silueta.

Y en las crestas algo inasible desciende

entre silabas propuestas por carbones 

diezmadas o

desfigurados por el pubis de un diluvio.


De pronto el celaje

revienta en un aluminio purpura y en toda ocasión

una huella devora orillas de arpas

e ineditas cucharas

ven el movimiento en los asteriscos en un átomo

el viceversa de una cruz  que responde a la aurora

con fronteras de barro

con una pálida cita arrancada al cuello

de eso tan doméstico como la luna.


Recodo que desgarra un manantial

en las sienes.

Prólogos de una marejada

en los hilos donde bate un tridente su

flora estomacal o dionisiaca.

Su bronquial estrabismo donde anhelan

los peces un sitio de escamas.


Uno para esos prófugos que debajo del mar.


Que debajo del mar anhelaron la piel

en la superficie de los peces.


Pero no lograron crearla.
















No hay comentarios:

Publicar un comentario