miércoles, 11 de enero de 2012

Los Lùmenes del Lampo

El color natural de una avenida
aquel que no posee razòn.

El que neutraliza y repele poesìa.

Ese que lleva un asta entre nosotros.

Como una nube, como llamarada fluorescente
en las orejas y lo nocturno es un banquete
sin lograr juzgarnos
y damos por sentado un idilio
de linchamientos, donde empalamos
una pradera bordada por tejidos de escaleras.


Ese color liberandose del velero y una perfecciòn,
como si percibir fuese exacto,
seruro de este tramite
sumando liendres a mi burocracia.

- Mi mirada -digo- es mi burguesìa
de perro-

- O esa nube de caìn tomando este recurso,
para que su rostro pueda sorprenderse
de un higado en el suelo-

Esto ùltimo en mi intenciòn debìa ser postrero,
deajr que llevara el acento que arroja
al pièlago del escribir a una fosa.


Por màs que toda fosa no sea
demiurgo.

Un soñador de boìnas.

Esa mitad divina sin encontrar la providencia
y que vaga entre los hombres.



El dìa natural.
De tinta y lapicero.
De zar o azufre.

Llevando prendas, tomando botines,
caos y sobrevivientes.

Desvaneciendose en caos eternos,
edificados por cànticos.

Construìdos solamente
por gemelos.




Guillermo Isaac paredes mattos

No hay comentarios:

Publicar un comentario