lunes, 24 de febrero de 2020

No Es Exacto




No es exacto.
El viento golpea mi rostro y hace bien en decirlo.
-todo golpe es una extraña pronunciaciòn-
Algunas cosas son determinantes y en lo absoluto una
manada se define. Asì por un instante se separa
del significado de horda.
El asunto es que en dos palabras que definen lo mismo
el asunto termina siendo relativo.

No es exacto pero tù sigues limitando con lo atroz
y en cada campana de cera el sol toma su tiempo para
demostrar uno de sus axiomas: Todas las cosas
a la larga se derriten. Incluso las màs sòlidas
seràn devoradas un dìa por aquello
que no naufraga debajo de las placas tectònicas.
No naufraga.
Sòlo espera el tiempo.
Debajo de esas placas hay mares de lava.

Oceànos que siempre seràn incandescentes.
Con esa incandescencia nunca fregarèmos un plato.
Tampoco nos servirà para conducirlas por antorchas 
entre aquello que nos queda del mundo.
Una civilizaciòn o dos o tres.
La occidental. 
La oriental.
Aquella que prensa la carne de sus seres queridos
hasta convertirla en atùn en las urnas.

No es exacto.
El color del sueño en el dìa.
Las cenizas de un invertebrado que pesa su corazòn
en la superficie del agua.
Su arpa mientras sìlabas de color azul recopilan
axilas y piastras de sed.
Rumbos desolados por los cuales girò el hambre
con su castillo dorado.

Hasta encontrar al hombre.

-quizà el hambre huyò del paraìso-

Para demostrarle de què absurdas monarquìas
desciende.







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