miércoles, 26 de febrero de 2020

El Arpa en tu Boca





Vivo en el interior de una muchacha que es inverosìmil.
La veo caminar llena de contrastes.
Posee un arpa en su boca.

De dìa limita con algunas cosas. 
La mayorìa de ella expèdiciones.
Incursiones.
Esferas donde el pètalo en las manos se
vuelve contraproducente.
Como un cascara de frìo quizà.
Igual a algo que no es oriundo tal vez.

Vivo en el interior de alguien con pocas palabras.
Tengo uno o dos contrastes en relaciòn a ello.
Apenas unas cuantas alegorìas.
El ser del cual hablo camina llena de aquellos.
Millones de arpas giran en su boca. Miles
de alegorìas.

Barcos de miedo para las multitudes que
se pudren en las calles. 
Enciclopedias con referencias atroces a la luz.
Incandescente brillo -todo brillo lo es- que humedece
con su lampo eso que denominamos estrellas.
Habrà un genitivo en todo esto?

Declina el sol en una puesta de alhambras
su bar y su densiometrìa. Escala la sal de una urna
el prìstino reflejo que cae del gorjeo de 
los pàjaros reencarnando en los sacerdotes
cèfiros que oscilan.

Vivo en el interior de una muchacha.
Ella tiene hilos y bùhos de escarcha en sus venas.
Paradigmas con bozales.
Alquimias de uvas.

Sus estelas han sido enumeradas por las resacas.
Su sombra es la identidad del aluminio
cuando se desliza en la resaca.

Lo cual es nada màs que un despliegue.

Uno que a veces es imposible seguir debido
a los pocos contrastes de los cuales estoy hecho.

Y ella.

Ella camina creando sus vòrtices en esta ciudad.
Llena de alegorìas.

De millones de contrastes.

Y un arpa en su boca.
















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