martes, 31 de diciembre de 2019
Los Seres que se Ceban
No he hallado a nadie en esta hoja
a no ser una palabra.
A nadie a no ser una palabra
que no lleve en sì el enigma de los nombres.
La existencia es un misterio. Eso lo sè.
Luego de colisionar en esta hoja. Lo
es aùn màs.
Debo decir que las iglesias se multiplican
en las veredas.
Absurda manera creo yo de creer en
el acto sexual o un evento
donde la orgìa añade a su llegada a la luz
un racimo.
El mar empieza en el horizonte.
Allì a diario naufraga una runa.
Una araña.
El lìmite de un rango en
nuestra piel que no serà celeste;hermenèutica
a veces de aquello que gira en los huesos del polvo.
Igual que la memoria en los racimos.
Como el nàcar que en ocasiones
tiene el olor de un dirigible.
De un asentamiento humano.
De una sombra en masculino o femenino
mordiendo una galleta.
O un màstil de carbòn llamado realidad.
Civilizaciòn o leprosario si se quiere.
Donde seres comunes al hombre como los
animales se ceban.
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