lunes, 30 de diciembre de 2019
Formaciòn de las Cosas
Lleguè acompañado de una hoja a tu casa.
Los pàjaros aquella mañana habitaban en ella.
Ya habìan llegado.
Las fabulas se sostenìan en nuestras pupilas.
Eran todas las fàbulas.
Incluso las que pertenecìan a las constelaciones.
Una parte de tu casa era de hierba. La otra estaba
compuesta de carbòn. Una tercera de polen.
El silencio descifraba heridas celestes.
Lo digo porque el silencio tambièn descifra heridas
que son amarillas.
Es policromo en ese aspecto.
Y no tiene que ver en nada con su tesitura.
Lleguè guiado por una hoja a tu casa.
En los navìos de tus ojos pude ver los muelles que
conducìan a la redenciòn.
El amor.
Nuevamente el amor era un castillo de fuego.
Y yo contemplaba como sus cenizas atravesaban
las paredes de tu casa.
Se dirigìan a formar el horizonte.
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