jueves, 19 de diciembre de 2019

Los Vellocinos Acantonados





Continuidad de una mañana en que los arboles
forman espirales en las ramas que los habitan.

-he allí los pájaros-
-he allí que los arboles dejan de ser arboles-

Y en las hojas de aquellas ramas el presagio.
El vaticinio cuya intuiciòn roza preludios.

Una cascara de nieve con limones
amarillos puede confirmarlo en el recorrido del
ámbar. Un ámbar ontológico. Como
aquel que es trazado en las axilas de un diluvio.

Continuidad subdesarrollada de mi paìs ignoto.
Lirismo contracultural que a nadie importa.
Ebrio de mandarinas luce el idilio
su trascienda.

Con vellocinos acantonados en las puntas de los iris.
Con tratados de sal en el reflejo.
El àguila que se posa allì escupe imaginaria
iones de magnesio.

Nùcleos sombreados a veces por un ser
compuesto de dos triángulos.

Un ser que tose y desciende de las escaleras.

Odradiano a todo esto.

Noeticamente kafkiano.







No hay comentarios:

Publicar un comentario