lunes, 11 de marzo de 2013

La Subjetividad de los Molinos







La responsabilidad es del silencio.
La subjetividad me pertenece.

Como me pertenece el derecho a una palabra;
sin arte, ni experiencia, ni fàbricas en los hombros.

Y se debe colgar signos en ellas.
Para luego ir tras su espìritu como lo harìa 
una fàbula. Una narraciòn cuesta abajo.

Y en este escrito democràtico y subversivo
debajo de una duna, trato de encontrar mi sitio.

Mi trama que dure lo mismo que mi vida
en las orbitas que sacrifican un planeta.

Y hablo de sacrificios igual que un diàlogo,
con un manifiesto en su corazòn y otro en 
la ambiguedad con que su lumen
lanzase ortopèdico
a un coral esceptico
invadido en los yelmos o luces
donde crecen esporas.

Sè de donde descienden.
Vi sus morrales entonar la melodìa del esbozo
o destruir un naipe de sangre.

Un cesto cabal o cabalistico.

Una espiga cretacea entre aspas de
tiburones.

Y los molinos - lejanos - que en sus 
desiertos las buscan.



Guillermo Paredes Mattos




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