miércoles, 27 de marzo de 2013

El Brillo de las Insinuaciones






Las luces caen sobre vallas de cabellos,
se inundan los templos y extravicos 
vacìos, sugieren simulando relentes
decrepitos, donde baila un tisico.

Espìnas de inocentes respiran,
sus huesos por la tarde resisten
al tiempo, al milenario portavoz
de las astas entre huesos.

Dejamos una cadena conduciendo
el eslabòn del cartilago, el algebra
de una linea -evanescente- como
himnos y materiales.

Por un instante medimos la arteria,
la sonata del trueno, la serpentina
que busca tripulantes y gavieros.

En otro, instalamos escencias 
de indòmitas supersticiones, donde
la cresta del topacio se alarga en una
herida igual que el labio.

Dociles lunares de fusileros que
escatiman extorsiones y cultos,
la sobrevivencia de carne en
una ballena superando la intuiciòn
de la reminiscencia cuanto sume
en la apariencia un efebo.

Un craneo que va hacia una fàbula
llena de efemerides y anecdotarios.



Guillermo Paredes Mattos


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