viernes, 11 de enero de 2013
El Espiral Cinètico
Espiralmente el invierno no resucita, hasta que
el corazòn no logra reencarnar
estatuas de un coro
o la suma vestal de primordiales
soliloquios
en lugares donde la aventura de la noche
relincha como un cuervo. Y no las reencarna
sin don, es decir el instante
del patriarcas en el granito. Eso
creo.
Y cuando ese momento se constituye,
eleva precederes
y
estamos a punto de beber el rìo
que cae del carbòn
estilizando un gènero.
Una bulla de trinidad en ese gènero canta
que somos piromaniacos
esperando el grillo que anuncia los acontecimientos;
en escencia la reflexiòn donde la
existencia recogese espiralmente
para seguir cruzando una raya
el hialino de siempre
donde los periodicos llenan
el espectro de las màquinas. Otra suposiciòn,
otro cuerno.
La orfebrerìa de verde, al punto al maquinar
liquidos calculos, muerde los escrùpulos
de una formaciòn en picada.
Asi vive uno de mis trechos.
Su respiraciòn de galeria suburbana
podrìa borrar algunas cosas
de su vida.
La poca altura de su pared
por ejemplo.
La cinètica altura.
Y su pasadizo, otra vez espiralmente,
donde se doma.
Guillermo Paredes Mattos
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