La inteligencia como un beso del desprecio.
La ira de mi belleza llamada poesìa.
Expresada de acuerdo a latitud e inmensidad.
Expresada y ya que el rocìo juega entre la humedad
con el recuerdo, trazo mi ajedrez de agua
en la mìa, con el derecho a reclamar
un evangelio, una noche de nieve
una coraza que siga diciendo de la sabidurìa
como un virulento aborto entre dios y
mis zapatos.
La conmociòn. Quisiera como ayer despertar
convencerte de que la nada es tambièn otro insomnio
un fruto de papel devorado por una mosca
un parpado contaminado por odios azules.
Dimè tù que has visto nada, yo soy el ùnico habitante
de las azoteas, reino sobre cosas perdidas e inutiles,
viajo entre trastos y como desesperado cometa
inundo de mastiles mis ojos cerrados.
Perdòn, quise decir uno de ellos.
El otro està eternamente abierto.
Guillermo Isaac Paredes Mattos.
martes, 6 de diciembre de 2011
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muy emotivo y bello
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ResponderEliminarAsi parece Maite...
ResponderEliminarGracias por detenerte aqui...Cuida mucho a las chicas...jeje.
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