Epistolario Dequeista
El horror es media silaba de la palabra
Originalmente era una palabra.
Una palabra vive en el corazòn de toda pàgina, aguardando otra.
Por lo tanto su paciencia debe ser magistral,
su esperanza -si la tiene- a prueba de todo.
No emigra ni sutiliza,
no tiene porque vivir entre a realidad, pero ello
no significa desconocerla.
Para encontrarla su espìritu, debe ignorarla totalmente.
Es como relatar un poema sin ningun apogeo,
lejos de la època.
En los lìmites de una falange dequeista.
Originalmente una palabra,
luminosa al despreciar
y descubrir que sus figuras son sòlo descenlaces
y su visiòn arqueològica del poema
se llena de raices,
forma sus sìlabas acompañada
de toda maldiciòn y con ambas acaricia
y roza la tierra.
Esto ùltimo conlleva dos hechos totalmente diferentes,
opuestos como esa paràdoja de noche al
contemplar el cielo.
Entonces nos preguntamos còmo es posible
que se sostengan los astros.
Còmo estamos solos ante ellos y nada màs guìados
torpemente por la mirada.
Y buscamos una explicaciòn unidos a naves supersticiosas
a campos de vidrio
estelando la concentraciòn de un ejemplo
de un anhelo gamado ante la lluvia
en una canciòn de
diluvios.
Original y caminando en la naturaleza
se ensortijan galaxias
de modo que los seres que despiertan
llamados lenguajes
nunca vuelvan a decir lo que alguna vez
pronunciaron.
Su llegada a nuestra vida es una venganza
dejar el alma que nos pertenece
sobre su fisico cuerpo
la nuestra.
Y sin darnos cuenta el otro mundo del lenguaje
se derrama sobre
nosotros.
Guillermo Isaac mattos.
lunes, 8 de marzo de 2010
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