martes, 9 de marzo de 2010

El labio del minotauro

El Labio del minotauro





Sucede antes del mar y de cualquier presencia.
Inevitable como esta circunstancia
de àrboles y un purpura que desciende
hasta un sistema de noches
y constelaciones
quemandose en el arrojo.

Sucede y es verdad que nosotros miramos
algo en el dìa de lìricas y truenos
en la balanza de un beso
parecido al minotauro.

Dìa de luces y pergaminos
allà donde una medalla nos aguarda.

Cuantas veces sobre los equinoccios
dibujaron las galaxias
esa dimensiòn sin mas lucidez
que la espina en la llama
buscando el dolor
del fuego.

Y quisiera a veces detenerme
entablar un dialogo con seres
que visten de rayos
cuando nada los toca
cuando el desierto en ellos es ciudad
de modernas entrañas
recogiendo chimeneas y civilizaciones.

Por ello no me importa decirlo,
contemplar es siempre habitar encantamientos
manejar dirigibles
destruir bicicletas,
este mundo es de calles que extinguen centimentros
en una linea,
orbitada por peces o cardumenes
de idolatrìas
bastardas
como un niño dorado.

O la sed de un desierto.


Guillermo.

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