jueves, 20 de diciembre de 2012
El Movimiento de los Trances
Disipar no es el sìmbolo donde es temeraria
la armonìa ni el equilibrio de sus sueños.
Humedecer el espacio de una bala
cuando crece en el verano de una inocencia,
es borrarse entre auras como un
equinodermo.
Orientarse hacia un infinito que verdea, no
es lo remoto. Estoy aqui aùn con todas
mis dudas.
Un àrbol es aùn una tragedia, tanto como
un privilegio.
Decorar el cielo es un ideal, semejante a un
edificio de interiores cuyas murallas
presagian.
Oì que los arreboles son el instinto del
cantaro nocturno cuando habla y en mi
ciudad de siete faroles siempre llueve.
Soy un forastero y siempre llueve.
Despuès de ello disipar es movimiento
del trance al destruir sus alas.
Nadie puede -poeticamente volar- por ello
siempre queda sellado en una bolsa,
en una virgen. Es - màs que un manifiesto-
un arquetipo que envuelve las brisas
con las cuales hoy volvemos a conjugarnos.
Escribir es una excitaciòn, una promordialidad
un pasaje al cadaver, una cita con ninguna conmociòn.
Una estructura. El aliento del respiro cuando
el corazòn lleva el conocimiento para
desgarrarse.
Y eso no sòlo lo convierte en experiencia.
Guillermo Paredes Mattos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario