lunes, 27 de agosto de 2012
Repertorio de los Travesaños
Completamos historias sobre avenidas
donde los diluvios presentan mareas.
Sembramos un tropico de sed
junto al gènero.
Sobredimensionados como lampos
de frìo, bajo estibadores de agua,
en largos muelles de escalofrìo, arrastràmos
sacrificios de entidades
que evolucionan
al racimo
igual que sus ancestros.
Y rodeando el halo de nuestra necesidad
en esos templos, llamamos a lo perverso,
al tiempo y las primacias
invisibles, serpenteando como un tìtulo de cera
en sus raices.
Soberanos de ninguna estàmpìda
Insolitamente oimos el mendrugo, coronando
los pigmentos sombrìos de
alguna juventud apostada en las sienes
como un tren verdadero.
Yo recuerdo las fabricas donde perihelios
y ciclos no resisten, ni las pupilas
reconocen el siglo
de las dunas
en un pubis de madera
abierto por lumbres de acido.
Quisimos observar esa tierra sin futuro.
Ese disco de planetarios.
Esa orfebrerìa seca.
Intentamos que nuestra intentenciòn
se alargara en una sensaciòn
que teje
una isla en sus orillas
para que el oceano quede conforme
con su canto.
Con ese poder de su melodìa
convertida en sìlabas por las tinieblas.
Cuando esa dinastìa parece
ser una parte de la oscuridad.
Un repertorio de travesaños bajando
por el alud de su sombra.
Guillermo Paredes Mattos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario