sábado, 18 de agosto de 2012
Planos de Rocìo
Hechos misticos de la subjetividad
Un poco màs cerca del lirico, conociendo o no
que el mar es otro procolabismo, una ciudad de ferias
donde la inocencia se une, proponiendo fugaz a la imaginaciòn,
entonces partimos.
Y entre planos de rocìo. el mar llega a un laberinto griego,
màs no por amor, hay una linea, una cinta de sangre
que lo devolverà a su destino. El laberinto es sòlo un
sìmbolo, un acertijo en èsta noche entera donde hundo
mis labios en las piedras para ser consagrado
y èste conjuro
es tan irracional como cientìfico
proviene de la rosa y las ballenas
procede de iras y artificios, mezclo su corazòn
entre domèsticos e infinitos candidatos.
Todos se acercan a los acantilados.
Todos hablan de precipicios y en esa honda
cavilaciòn de superficies, la carta es arrojada sobre
una mesa donde nos aguarda un aguila
en sus alas dorase la imagen de aquello
que jamàs tocaremos.
Dorase la imagen...porque sòlo ello
vuelve a ser lìrico, el pobre plano de rocìo
que semejante a una imagen
abandonamos a la tierra
como si nunca hubiera sido nuestro.
En el fondo el poder de su ilusiòn
volvemos a la trampa balistica y ortopedica
encerrados en un arco con la luna.
Guillermo Paredes Mattos
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