jueves, 23 de agosto de 2012
La Tumba de los Alevines
Dicen que la noche calcula antes de ascender al cielo
de los techos.
Que la estrategia del simbolo es morir tempranamente
sin llegar a lo sòlido.
Comprendo que existen vitaminas sin làpidas
y como igualmente medito, perfidamente
puedo amar reliquias.
Son como trenes en espiral.
Un nombre de insòlitas porcentajes.
Un nombre de literarios bronces.
Yo fuì la creaciòn de una metàfora que cerraba
su temporalidad, màs no el tiempo.
Lleguè al espacio, al maniàtico templo
de una efemerides atento al vacìo.
Al hecho que nunca fue romàntico.
Fuì una existencia bàsicamente romàntica
cuando dormìa.
Y mis sueños lograban entrenarme.
Convencerme de que sus cirios eran tambièn ese temple.
Donde un hombre y su sombra
crean su casa.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
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