miércoles, 4 de abril de 2012

El ala de los Hechos

Musitando un cuerpo descendemos a un hecho.
Un hecho herido por la manifestación.

Se dice que cuando pronunciamos perdemos
todo derecho a la vida.

Y esa pronunciación purifica cualquier necesidad
del ejemplo, del brillo en el agua
de un artificio acuatico.

Y se dice que entre adioses y tempanos se tensa
el hilo de ese conocimiento borrado por el agua.

Que hay titanes huyendo con voces
de estrepito y extrañas parafrasis.

Temblorosos como un símbolo
levantamos una carta
y etiquetamos su vuelo
para que llegue a una calle
a una avenida de plomo
a ese sentimiento donde descartamos
toda esperanza de colocar un arbol
en nuestras manos.

Para que sean sus manos y no las nuestras
quienes devanezcan la flor.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

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