jueves, 5 de abril de 2012

Balada para los Tremantes

Tridente del retorno
anciano niño de la soledad,
enseñame en esta noche un cometa.

Vàstago de un crepitar junto al pájaro, irradiando
el mar en un crematorio de duendes.

Todos habitados por mis celos.

Pupila que marchas hacia el escrutinio
como una estirpe rosa.

Astro de vertientes que olvidaste la hiedra
cuando suena como heraldo de espuma,
cae un àtomo cruzando las formas del aire
y esa es toda su existencia.

Música de todos mis alamares,
cetro de mito, en cada pensmaiento
mis lunares se deforman,
y algo como un río invoca a esta plaga
a esta manía que devela su unicornio
y en él una febril magia.

Alado pliego de galaxia,
mis labios no dicen ya más palabras
todas viajan hacia dentro.

Mi boca es sólo un puerto.

Tuve que vivir para descubrirlo
y ahora sumergido en el carbón,
puedo quebrar cada latido
cada aurora,
cada tregua de rayos con el sol,
cada burbuja salvaje evocando un pleito
de jínetes,
de liras con el sonido.

Yo sólo sé que derramaban música.

Maritimo despliegue de una cerbatana
asolando el fulgor, hay quienes danzan
cada mañana
y un desierto de pubertades cuelga
en sus sombras como un rito,
como un palacio que junta reyes abjurando
celestes como los idolos que al incendiarse
una torre no hay ya màs corazòn
y todo en el universo se emborracha
de termantes.




Guillermo Isaac Parades Mattos

2 comentarios:

  1. Que inmenso
    Tan profundo tanta sensibilidad
    Sufrimiento
    Me he emocionado

    ResponderEliminar
  2. Habrá que celebrar por ello...Con unos buenos ladridos...jejeje.


    Cuidate María.

    ResponderEliminar