jueves, 19 de abril de 2018
Esbozo de la Creaciòn
Antigua estrella por donde la densidad quemò
los enjambres. La tierra sitiada por los escarabajos.
El mundo de fiebre llegando de un extraño bosque
en el cual todo devenir era un dragaminas
dragaminas que en cada puerta empujaba el oxido
de la brisa para que su peso
lograra cruzar la habitaciòn hacia un mundo
donde aguardaban
los pàjaros.
Y eran pàjaros con sumas de equilateros.
Pàjaros que llevaban maquinas de iridio en sus alas.
Abstracciones en ellas donde el pensamiento recorrìa
el anhelo una vez dejada la intuiciòn sobre la niebla
y esta olìa a desembarco. A un profundo jardìn
donde los dioses rozan el acero de noche
con criaturas semejantes a espejismos articulandose
entre recorridos de higos.
Lejana. Consuetudinaria escala de prototipos en una
de tus lenguas con la que llegan las cosas del rocìo
con esas paràbolas que tiene la nieve cuando la
distancia es un tallo
o la presencia de un carbòn que dista de almanaques
y truenos
todos de aluminio antes de dormir sobre el agua
truenos de aluminio que
encuentran en sus sueños el resplandor que
igual que un absoluto sobre todo lo que es llamado
creaciòn les pertenece.
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