viernes, 6 de abril de 2018
El Espacio Llamado Orilla
El pàjaro recorre la luz raida entre los objetos.
Una sombra es añadida a la silueta de un cuervo
tomado del agua.
Las estalactitas van y vienen como en un rango de
cera. Por lo pronto la acustica es un dado.
La superficie de un naipe busca entre la realidad
sus nùmeros.
El verbo coloca una linea en el espacio que se
transforma en una palabra.
Pero esa palabra sòlo es un punto de la mirada que
la forma.
Ninguno de nosotros verà esa mirada.
El viento es de coral y acuario pero no precisamente
por la trayectoria de un astro. Lo es por
los almanaques
y catàlogos. Por la presidencia de la duda
en un inveterado confìn donde
lo inverosimil junta el oceano a la arena.
Entonces tal espacio serà llamado orilla.
Un sujeto es empirico en el aire
de modo que el resto de los siglos comprenderà
que la experiencia no es una fragancia
ni los biceps de lo hiàlino una mortal espesura.
Un sujeto denomina en las crestas las siguientes
corrientes del sueño comprendidas dentro de
un abalorio, por decir. La sangre no es prìstina o el
sentimiento del amor es rodeado de calles
semejantes a aquellas donde
muerden bicicletas las hormigas.
Y este diminuto paisaje que no
es poètico, empieze.
O simplemente empieza.
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