sábado, 20 de abril de 2013

Las Preseas de Barbarie





Retocar una zona, una línea jónica.
Invadir ese culto, llevarlo al simulacro.
Quedarse solo en una aguja.
Bajar hacia el espectro ya que el día
no completa su tarea. El día deja al mar
tantas cosas. Poner su vida al lado,
llevarlo justamente donde cabe, en una
primavera de inquisiciones, bajo el patrocinio
de lo amado. Dormir en una gota sin el
peso de la libertad negada por la letra,
ser sospechoso a cada rato. Sobre todo
cuando tu estado es racimo
una continuidad de costaneras y halos,
despender del halo y los afrodisiacos
-inmobiliariamente- luego, conceptuar
un tren, alar magazines de epilepsias,
restos de valkirias sin interes humano
al desdecir, al plantear enmiendas
entre la temperancia o el criterio
de una llave entre rotulos de apariencia.

Pero hoy alza tus parpadas, en ellos
la premeditación y  la cresta están
llenos de plagas y creyentes. Neblinas
y cielos de cirujanos esperan en casa
tulipan, no hay pautas como la llama
para detenerse. No hay manchas de
sol cuando gira. Sólo hay cantos que
doma eternamente la barbarie.




Guillermo Paredes Mattos

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