sábado, 20 de abril de 2019
Tradición de la Luna
La noche recoge una de las tramas.
Proviene de los halos.
Místicas palabras ceden en tus labios
a un silencio de focas y alambres.
-el dirigible a todo esto no es de polen-
La constitución del corazón elige
el pulso a la mejilla.
Conjuntos de parpados recorren
las sombras.
Evocas que el celaje era todo
lo que tenías del horizonte
y su naturaleza era la saliva de tu boca.
Yo bebí de ella una vez.
Evocas el muelle.
El deseo fragmentándose entre la niebla.
El humo del crepúsculo era en realidad
el vapor de las gotas que dejo la
mañana en los pétalos.
Igual que nosotros buscan el cielo.
El cielo no es una forma del infinito. No.
Es una especie de barricada con la
cual detenemos la creación.
Te imaginas si pudieramos ver más allá?
Resistiríamos a ello?
Creo que no.
Así que nos detenemos en estas cosas.
Son concretas: la memoria para reconocer en
que calle nos encontramos.
El recuerdo en esa memoria para saber
en cual nos separamos.
Tus ojos. Los míos. Aquellos que
conforman y conformarán los otros.
Y los hilos del lenguaje que en amaneceres
dialóga con uno de mis fantasmas en esta
especie de soledad.
-eso sí-
Multiplicando extrañas ´profecías.
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