viernes, 15 de febrero de 2013

Entrada a la Distorsiòn del Brillo







Inventase una rada.
Cercana a ella la coincidencia abre
sus papeles.
Una saeta igual a la reacciòn sube
junto a todo ello.
El mar pregunta ahora.
En el interior del papel busca
la sepia del zòcalo, el minarete del òpalo.
Sin hallarlos toma el adivinar
del recogimiento.
Ese mar es intimo para recortarlo.
Ese ocèano es disturbio
y màgica extorsiòn al secuestrarlo.
Me siento en la rada.
Como ella temo a todas las raices
pero como ninguna a la
que ahora se agita
en el cielo...

Las estrellas han cerrado sus ojos.

Para que ese brillo sea encontrado
por otros hombres.



Guillermo Isaac paredes mattos

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